El sábado 22 de noviembre nuestra asociación convocó a sus socios y amigos a la I Antorchada Memorial Sevilla 1248, en la que conmemorábamos la Reconquista de Sevilla por Fernando III; Un emotivo corteo compuesto por antorchas, pendones, tambores y gaitas, recorrió las principales plazas y calles del casco histórico hispalense que circundan la Catedral, concluyendo en la Plaza Nueva ante el monumento ecuestre a nuestro Rey Santo, donde se depositó una corona de laurel y Luis Carlón, presidente de nuestra asociación hermana en Palencia, leyó un manifiesto el cual a continuación reproducimos:
MANIFIESTO I ANTORCHADA MEMORIAL SEVILLA 1248
El 23 de
noviembre, festividad de San Clemente Papa, está bordado en letras de oro en la
memoria de todos los españoles, y de forma especial en la de los sevillanos,
pues hace ahora 766 años el último rey moro que gobernó Sevilla, Axafat,
entregaba las llaves de la vieja ciudad romana al Rey de Castilla Don Fernando
III el Santo, acabando de esta manera con más de cinco siglos de dominio
extranjero en una tierra que siempre, incluso en los momentos de mayor
represión mahometana, profesó una extraordinaria hispanidad y fe.
No fue tarea fácil rendir Sevilla, pues
sabiendo los sarracenos la joya que defendían, lucharon por mantenerla con
enorme valor, más la determinación del Santo Rey castellano, decidido a
reconquistarla, aún a sabiendas que en esta justa causa perdía su salud por
cada legua que ganaba, fue definitiva para tras más de dos años de asedio
llegar a este día que hoy conmemoramos, sin duda uno de los más importantes de
nuestra Reconquista, en que la
Cruz tocó el cielo sevillano colocada en lo alto de la Giralda.
Hoy, convocados por la Asociación Cultural
Fernando III, nos encontramos reunidos en esta llamada “Plaza Nueva”,
construida sobre el solar del antiguo Convento Casa Grande de San Francisco. Y
lo hacemos justamente bajo el magnífico monumento que en 1924 dedicó ésta
ciudad a su Santo liberador y Patrón, Fernando III; monumento en el que también
están reflejados otros ilustres personajes de aquella gloriosa gesta; como Don
Remundo, primer obispo de la
Sevilla liberada; el burgalés Ramón de Bonifaz, que al mando
de la primera flota castellana irrumpió en el Guadalquivir rompiendo el puente
de barcas; el toledano Garci Pérez de Vargas, primer castellano que entró en la
ciudad; y Don Alfonso X el Sabio, rey sevillano como pocos. Lugar sin duda
simbólico del orgullo hispalense para con quienes devolvieron esta tierra a su
lugar natural.
Pero no solo se trata de recordar este
momento histórico como meros interesados en rememorar el pasado, acto que en sí
mismo es justo y necesario. Además,
tenemos la obligación de recoger los valores, tradiciones y libertades que
nuestros mayores nos entregaron para hacer buen uso de ellos, y legarlos tras
nuestro paso por este mundo en mejores condiciones que les recibimos. Esa es la
principal labor de un buen español, y más si cabe en estos tiempos confusos en
que vivimos donde la sociedad moderna nos aleja de todos nuestros deberes y
compromisos, abocándonos hacía el nihilismo y la apatía…
Por ello, hoy no solo es un día para recordar
con alegría nuestro glorioso pasado, también lo es para hacer examen de
conciencia y ver de qué manera podemos ser los dignos descendientes de aquellos
hombres que lo dieron todo en aras de un ideal, cuando tampoco era fácil. No
seamos simples espectadores de nuestro tiempo, obliguémonos a defender nuestro
patrimonio y tradiciones, y si no lo hacemos, sin duda nos expondremos a que
tarde o temprano suframos un nuevo desastre de dimensión similar al ocurrido tras
la Batalla
del Rio Guadalete en 711, con la diferencia que esta vez no sabemos si aparecerán
personajes como Don Pelayo o San Fernando para guiarnos..